Los trabajos de Alejandro Arébalos nos proponen un recorrido de reconstrución, donde la mirada hacia el cuerpo humano es de inexorable autorreferencialidad.
Este cuerpo se fragmenta, se disecciona, se combina con signos, con la máquina, con el tiempo, con lo político, con lo social; atravesando así obsesiones y pesadillas que desvelan al autor en su búsqueda de significados.
Nos devuelven imágenes que no pretenden ser narrativas, sino visionadas. A la espera de su artífice, y de un otro, que las perciba. Y usa al cuerpo como envase, no por su materialidad, sino por su capacidad de contener y expresar las fuerzas vitales de nuestro ser-humano.
Obras ellas que ponen en escena una mirada que circula por "imágenes arquetípicas, paisajes pesadillescos y alguna que otra belleza...una mixtura entre lo sombrío, lo místico y lo fantástico; entre la muerte y lo erótico: autoabrazos dolientes, bocas abiertas en mudos gritos..."
Alejandro escudriña en la complejidad de lo humano, desplegando una iconografía atravesada por el cuerpo, y proponiendo un rompecabezas que reclama una organización que sólo el espectador puede brindar.
Mariana Paredes (Profesora Superior de Pintura ; Diseñadora Gráfica)
miércoles, 29 de diciembre de 2010
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